15 años de ser papá

Es imposible saber la cantidad de fotos que te he tomado. Solo sé que han sido muchísimas. Sin embargo esta secuencia guarda un especial significado para mí. No es una gran toma, tampoco es tu mejor foto. Ni la mía. Solo estábamos ahí, juntos, como todos los fines de semana.

Era un día que lloviznaba y hacía frío por dentro y por fuera, mi mente estaba nublada, me encontraba mal de la vida y del alma: a punto de que me boten del depa, las tarjetas reventadas, deudas por todos lados. Malas decisiones personales y sin un mango por cobrar en el horizonte. Meses atrás me habían robado todos los equipos... en resumen, digamos, me sentía el peor perdedor de la historia... y encima era de noche y mi hija tenía hambre.

Casi puedo ver el último billete de diez soles en la caja de la panadería de la esquina, tal vez el último en muchos días. Pediste "Milo" y compré esa tartaleta de manzana que nunca te ha gustado tanto, la verdad. Nos sentamos en una mesa y, de pronto, todo lo que necesitaba del mundo estaba ahí: tú disfrutando tu improvisado "lonche", contenta. Recuerdo que te observaba y nada podía importar más que tu conversación y tus caras, (como esos chistes que nos contamos en el carro todos los días que nos vemos y que me hacen reír tanto). Yo no sé y tú no debes recordarlo, pero posiblemente intuías la desazón e intentabas pasar un día más. O tal vez no y siempre has sido así. Me emocionó tanto la sensación, que tomé esas fotos.

Así han pasado los meses y los años, algunos mejores, otros más complicados y aunque el ir y venir de los días te hagan distinta, más grande e independiente, hay algo que permanece en esa mirada y me hace sonreír y seguir adelante. Avanzando, a pesar de todo y cargándome el mundo si es necesario. Porque si algo me define como persona, siempre lo digo, es ser padre. No me imagino siendo otra cosa. Gracias por darme esa energía y valor para seguir. Gracias por estos 15 años de ser "tu pade". 

Feliz cumpleaños Mafe Villalobos de mi corazón.