Gratitud.

Gracias a ti por escribir, por golpear las paredes de la prisión con tus puños sabiendo que son muros de concreto. Gracias porque nadie las podrá tocar siquiera, porque nunca serás libre.. pero las marcaste con pasión, con tu propia sangre.

Gracias a ti por no escribir y esperar que la llama se apague, a solas, quieta, asustada, encerrada. Contando los segundos para que la oscuridad te envuelva y al fin ocultar los despojos y las ruinas a tu alrededor.

Gracias a ti por hablar, por decirme lo que significo para ti. Gracias por el sonido de tu voz que sólo me dice a qué distancia estás. Así puedo caminar tranquilo.

Gracias a ti por callar, así me puedo concentrar en el camino y no en el horizonte. Gracias por no hablar de tu distancia y dejarme volver a caer. Así aprendo.

Gracias a ti por mis amigos, por los labios sonrientes, por los brazos sobre el hombro y la mirada afectada.

Gracias a ti por mis enemigos, por los cuchillos oxidados, por las llamadas nocturnas, por el miedo cada noche.

Gracias a ti por la vida, por enseñarme el valor del universo, por hacerme sonreír con una caricia, por enseñarme a despertar temprano.

Gracias a ti por la muerte, por mostrarme cómo tenerle miedo, por enseñarme a vivir con ella haciéndome dormir en ataúdes vacíos.

Gracias a ti por enseñarme
a aprender,
a olvidar,
a descubrir
el valor verdadero
de cada ser humano.

Gracias por ser
padre y madre.

Gracias
por crearme,
por forjarme
y dejarme
en el mundo.