Yo era el viento bajo sus alas
Eso me dijo un dĂa (*)
Ella querĂa volar y yo fui el viento bajo sus alas.
Y como el viento me fui.
Un ave que no se atreve a abrir las alas no deja entrar al viento bajo ellas. Y sin viento no puede volar.
Un ave que no vuela se convierte en una veleta de hueso y pellejo, girando sobre sĂ misma al golpe del viento que la toca.
Se acurrucĂ³ sobre sĂ misma, ovillada y con las garras aferradas al suelo, repitiĂ©ndose a sĂ misma que era tan sĂ³lo una tĂmida brisa.
"Imposible volar ahora, no llegarĂ© lejos... con lo que llevo encima no puedo, con lo que cargo no puedo. TĂº no sabes lo que es ser ave. Eres viento."
HabĂa viento, sĂ³lo que ensimismada en las corrientes turbulentas que dibujan formas en la arena, el terror al abismo, y ocupada en imaginar lejanos y poderosos huracanes, la fascinaciĂ³n por el infinito, no abriĂ³ las alas.
AsĂ que, como el viento, me fui.
"Un lindo dĂa de primavera un discĂpulo miraba unas ramas volando en el viento, y le preguntĂ³ a su maestro:
- Maestro ¿se mueven las ramas, o el viento?
Sin siquiera mirar hacia donde el alumno señalaba el maestro sonriĂ³ y dijo:
- No se mueven ni las ramas ni el viento... sino tu corazĂ³n y tu mente." (**)
QuĂ© inmensidad, quĂ© frĂo, quĂ© pena. Yo aĂºn creĂa.
Qué niño, qué inocente e insolente.
--------------------------------
Anoche me sentĂ tan libre.
Tan feliz.
Tan libre.
Como el viento.
Ella me puso un nombre
y ahora nadie
me lo puede quitar.
--------------------------------
RecorrĂ todo Lima de madrugada. SalĂ de un concierto a las dos de la mañana y no dejĂ© de darle a la moto por calles desiertas y ajenas. Me hundĂa en la velocidad helada de la noche, la humedad increĂble de esta bendita ciudad opacaba los espejos y perlaba de rocĂo el negro brillante de la curvilĂnea salvaje.
Hasta que los encontrĂ©. CorrĂan en sentido contrario y con rostros afilados por la furia de mi velocidad. Un segundo despuĂ©s estaba ella, corriendo tras ellos.
Me detuve: un asalto.
Di la vuelta, en contra, fue fĂ¡cil alcanzarlos.
Escucharon el rugido del motor cuando baja de 3ra a 1era, se asustaron y arrojaron la cartera. Pobre señora, era una cartera tan pobre, tan pobre. Y qué valiente para seguirlos hasta ese barrio tan malo.
Me alejĂ© pensando en que serĂa divertido marcar el nĂºmero que borrĂ© y contĂ¡rselo, pero era absurdo.
Lo absurdo sĂ³lo puede ser divertido.
Era momento de regresar a casa: amanecĂa.
En la mañana, mientras soñaba con un imposible, un absurdo mensaje de texto me despertĂ³.
Que me perdone, pero los absurdos no deberĂan responderse.
"Una noche de otoño, el discĂpulo se despertĂ³ llorando. Entonces el maestro le preguntĂ³ :
- ¿Tuviste una pesadilla?"
- No.
- ¿Tuviste un sueño triste?
- No- dijo el discĂpulo - tuve un dulce sueño.
- Entonces ¿por quĂ© lloras tan tristemente?
El discĂpulo respondiĂ³ con calma, mientras se secaba las lĂ¡grimas...
- Porque el sueño que tuve no puede hacerse realidad." (**)
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(*) AlgĂºn tiempo despuĂ©s supe que era una frase prestada. OjalĂ¡ hubiera sabido que algunos gustos, manĂas y sueños tambiĂ©n lo eran.
(**) A Bitter Sweet Life de Kim Jee-woon (Korea)
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(A Bitter Sweet Life
Vean el trailer y oĂdo a la espectacular banda sonora)
Ella querĂa volar y yo fui el viento bajo sus alas.
Y como el viento me fui.
Un ave que no se atreve a abrir las alas no deja entrar al viento bajo ellas. Y sin viento no puede volar.
Un ave que no vuela se convierte en una veleta de hueso y pellejo, girando sobre sĂ misma al golpe del viento que la toca.
Se acurrucĂ³ sobre sĂ misma, ovillada y con las garras aferradas al suelo, repitiĂ©ndose a sĂ misma que era tan sĂ³lo una tĂmida brisa.
"Imposible volar ahora, no llegarĂ© lejos... con lo que llevo encima no puedo, con lo que cargo no puedo. TĂº no sabes lo que es ser ave. Eres viento."
HabĂa viento, sĂ³lo que ensimismada en las corrientes turbulentas que dibujan formas en la arena, el terror al abismo, y ocupada en imaginar lejanos y poderosos huracanes, la fascinaciĂ³n por el infinito, no abriĂ³ las alas.
AsĂ que, como el viento, me fui.
"Un lindo dĂa de primavera un discĂpulo miraba unas ramas volando en el viento, y le preguntĂ³ a su maestro:
- Maestro ¿se mueven las ramas, o el viento?
Sin siquiera mirar hacia donde el alumno señalaba el maestro sonriĂ³ y dijo:
- No se mueven ni las ramas ni el viento... sino tu corazĂ³n y tu mente." (**)
QuĂ© inmensidad, quĂ© frĂo, quĂ© pena. Yo aĂºn creĂa.
Qué niño, qué inocente e insolente.
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Anoche me sentĂ tan libre.
Tan feliz.
Tan libre.
Como el viento.
Ella me puso un nombre
y ahora nadie
me lo puede quitar.
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RecorrĂ todo Lima de madrugada. SalĂ de un concierto a las dos de la mañana y no dejĂ© de darle a la moto por calles desiertas y ajenas. Me hundĂa en la velocidad helada de la noche, la humedad increĂble de esta bendita ciudad opacaba los espejos y perlaba de rocĂo el negro brillante de la curvilĂnea salvaje.
Hasta que los encontrĂ©. CorrĂan en sentido contrario y con rostros afilados por la furia de mi velocidad. Un segundo despuĂ©s estaba ella, corriendo tras ellos.
Me detuve: un asalto.
Di la vuelta, en contra, fue fĂ¡cil alcanzarlos.
Escucharon el rugido del motor cuando baja de 3ra a 1era, se asustaron y arrojaron la cartera. Pobre señora, era una cartera tan pobre, tan pobre. Y qué valiente para seguirlos hasta ese barrio tan malo.
Me alejĂ© pensando en que serĂa divertido marcar el nĂºmero que borrĂ© y contĂ¡rselo, pero era absurdo.
Lo absurdo sĂ³lo puede ser divertido.
Era momento de regresar a casa: amanecĂa.
En la mañana, mientras soñaba con un imposible, un absurdo mensaje de texto me despertĂ³.
Que me perdone, pero los absurdos no deberĂan responderse.
"Una noche de otoño, el discĂpulo se despertĂ³ llorando. Entonces el maestro le preguntĂ³ :
- ¿Tuviste una pesadilla?"
- No.
- ¿Tuviste un sueño triste?
- No- dijo el discĂpulo - tuve un dulce sueño.
- Entonces ¿por quĂ© lloras tan tristemente?
El discĂpulo respondiĂ³ con calma, mientras se secaba las lĂ¡grimas...
- Porque el sueño que tuve no puede hacerse realidad." (**)
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(*) AlgĂºn tiempo despuĂ©s supe que era una frase prestada. OjalĂ¡ hubiera sabido que algunos gustos, manĂas y sueños tambiĂ©n lo eran.
(**) A Bitter Sweet Life de Kim Jee-woon (Korea)
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(A Bitter Sweet Life
Vean el trailer y oĂdo a la espectacular banda sonora)
4 comentarios
No conformes con nada...llega:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SABOTAJE!!!!!!!!!!!!!!
DEL 20 DE ABRIL AL 15 DE MAYO
CENTRO CULTURAL UNIVERSIDAD CATOLICA
"la patria no existe, tampoco existes tu, tampoco nadie tiene el orgullo de decir que yo he nacido en el perĂº!"
... e aquela ave voa para poder sentir o vento por entre as penas das suas asas... e chega tĂ£o longe... onde eu gostaria de chegar um dia...
beijos distantes
Tu ternura es tan cĂ¡lida en el post, von palabras e imĂ¡genes y con video, que me ha gustado.
SĂ, excelente banda sonora.
Gracias.
no se como lleguĂ© hasta aquĂ, pero estoy encantada de haberlo hecho, es sencillamente... sensacional.
Saludos desde Uruguay!!!!!
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