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NARCOS - una producción peruana.

Acabo de terminar de ver NARCOS, una espectacular serie de NETFLIX, en la que se cuenta (por enésima vez, sí ya sé) la historia de Pablo Escobar. Lo original de esta versión es que es el punto de vista "gringo". La historia, ambientada en los 80s, se desarrolla bajo la voz de un agente de la DEA que anda tras los pasos de Escobar y va descubriendo cómo, en latinoamérica, los narcos intentan legitimar su inmenso poder mediante la política.


En esta serie vemos algunos personajes históricos, algunos recordados por venderse al cartel, otros que obedecieron por miedo, pero también están los otros, quienes parecen ir hasta las últimas consecuencias convencidos de que el bien siempre gana. Esos, que parecen inmunes al dinero y las amenazas, no solo viven en la ficción, están aquí, en el mundo real.

Era 1980 y Gustavo Gorriti tenía la mirada clavada en un papel. Acababa de sacarlo de un sobre y tenía el dibujo de una calavera. Sabía qué significaba. ¿Qué sería del hoy investigador periodístico, quien en esa época no era más que un imberbe reportero, si decidía no continuar con la investigación? No hubiera sido el primero, su antecesor se aterró. Sin embargo, luego de deliberarlo con la familia, siguió adelante y, junto a Zileri, repasó las costuras de un entramado que se convertiría en uno de los casos más sonados de la historia de la narcopolítica del Perú: el caso Langberg

Escobar estaba obstinado con entrar a la política, más que en búsqueda de inmunidad, deseaba legitimar su poder e hizo uso de sus oscuras ganancias para financiar dirigentes políticos, periodistas y personajes influyentes.

Escobar estaba empecinado con llegar a ser presidente de Colombia

Algo parecido pasaba con el narco de nuestra historia, si bien es cierto los negocios de Langberg se remontan al gobierno de Morales Bermúdez, la relación más estrecha del auroral capo del narcotráfico peruano, es con el APRA. Era 1980 y el narcotráfico ya había echado raíces en uno de los partidos políticos más importantes del Perú. 

NARCOS, la serie de NETFLIX, arranca con Ronald Reagan (a comienzo de la década de los 80) declarándole la guerra al narcotráfico mundial. Se le brinda el máximo apoyo a la DEA y le otorgae carta blanca para operar en los países en los que se inicia la ruta de la coca. 

Langberg entrevistado por Gorriti

Eso encaja con la historia de nuestro narco, en esos días la DEA lo captura y entrega junto con uno de los más grandes cargamentos del mundo de pasta básica (los que hoy suenan miserables: 500 kilos) para ser liberado al día siguiente por el Ministro del Interior de Morales Bermúdez, Enrique Velit, no sin antes limpiarle el rastro y eliminar las pruebas. Cualquier parecido con la ficción o con alguna noticia actual no es coincidencia.

"Página en blanco" sección de Diario P.M. de Langberg ¿no nos recuerda la actual bronca de AGP con E. C.?

Antes de que Gerald Oropeza hubiera nacido, ya el narcotráfico financiaba partidos políticos, poseía medios de comunicación (Langberg era dueño del diario P.M. con el que el APRA se encargaba de demoler al gobierno de turno), compraba jueces, fiscales y estaba metido en el Poder Judicial. Y quienes no tenían un precio, tenían miedo y, como le sucedió a Gorriti, recibían un sobre con una calavera. Una cortesía antes de volverlo a uno un paquete fondeado en un basurero.


Gracias a su recaptura, y gracias a la extraordinaria investigación de Gorriti con Caretas,  se evidenciaron las conexiones de Langberg con el APRA:

"(...)Langberg fue detenido en México por la posesión de 15 gramos de coca cuando estaba en compañía del líder aprista Jorge Idiáquez. Fue condena­do en 1984 a 14 años de cárcel, pero luego su pena fue reducida a la mitad.
Cabe recordar que Idiáquez era el secretario personal y guardaespal­das de Haya de la Torre. Se comentó –pero nunca confirmó– que, a fines de los 70, Carlos Langberg había cos­teado el tratamiento médico del fun­dador del PAP y, una vez fallecido, compró su legendaria casa de Villa Mercedes." (1)

Como dicen los orientales, en las crisis hay que ver la oportunidad, y hubo alguien en Alfonso Ugarte que tenía esa máxima muy presente: el joven abogado Alan García Pérez. 


En 1980 el líder del partido era Armando Villanueva del Campo, y ante la evidencia de que su campaña a la presidencia fuera financiada con dinero del recientemente capturado narcotraficante, tuvo que dar un paso al costado, oportunidad que el hoy dos veces expresidente, aprovechó para convertirse en el delfín de la estrella y llegar, al cabo de unos años, a su tristemente célebre gobierno. 

Empero, luego de unos días de haber juramentado, uno de los laboratorios más grandes de PBC del que se tenga memoria, propiedad de uno de los socios de Langbert: Reynaldo Rodríguez López (a) "El Padrino", explotó. El laboratorio era tan grande que los medios lo bautizaron como "Villa Coca". Sin embargo, ya había comenzado el gobierno de García Pérez y se pide el cambio del fiscal, el caso se archiva y nos quedamos solo con el recuerdo de Elmer Alfaro (Machucao) diciendo: "soy su hermano, pero no sé nada".

Es durante este mismo gobierno en el que se descubre la relación del diputado aprista Manuel Ángel del Pomar Cárdenas, padre del exalcalde de Barranco, con el narcotráfico. El diputado fue capturado por INTERPOL en 1988 intentando cobrar en Alemania un cheque con el equivalente a US$ 120,000 girado por Manuel García Montes, narcotraficante capturado con casi 50 kilos de cocaína. Del Pomar recibió 4 añitos de prisión en 1993. 


El abogado de Del Pomar, Moisés Tambini del Valle, también diputado por el APRA y suegro de Beto Kouri, integró la Corte Superior de Lima en el primer gobierno de AGP, además de ser defensor del presidente García Pérez en algunos casos. Sus lazos familiares son, para utilizar un término menos escandaloso, "interesantes": Su hermano, Augusto Tambini, cae en Yurimaguas por narcotráfico, su hija, Mónica Tambini, dueña de la Notaría Tambini, fue abogada de el conocido "Lunarejo", Fernando Zevallos.

"Pero ahí nomás no queda la coca. Fernando Zevallos, uno de los 10 capos más importantes del mundo, según EE.UU., utilizó la Notaría Tambini, que figura a nombre de la hija del procurador, Mónica Tambini, para legalizar documentos utilizados por su defensa en el proceso judicial que se le siguió por narcotráfico y lavado de dinero. También brindó servicios a AeroContinente y Nuevo Continente." (2)
El detalle adicional que brinda Caretas no merece mayor comentario:


"Tampoco pasó desapercibido el hecho que el 29 de agosto pasado, Tambini organizó en su casa de Monterrico una fiesta por el cumpleaños del vocal Supremo Javier Villa Stein. A la reunión acudió García. “Hay otras evidencias que lo conectan con el llamado ‘Lunarejo’. Ruth Monge de Tambini, nuera de Moisés Tambini, fue abogada de Zevallos y más tarde su principal contacto en el Poder Judicial cuando fue incorporada a la judicatura como jueza en lo penal, según pesquisas de El Comercio. Tiene una investigación abierta en el Ministerio Público y otra en la Procuraduría del Poder Judicial que jefatura su suegro, el doctor Tambini. “No soy amigo de Fernando Zevallos. Si alguna vez lo he visto es por periódicos y una vez que asistí a una reunión o aniversario, no recuerdo. A Lupe Zevallos sí la conozco porque me invitó a su fiesta de cumpleaños en el 2003”, reconoció. cierto”, confirmó a CARETAS. “Pero no patrociné para que lo elijan titular de la Corte Suprema." (2)


Pero no todo es color rosa entre el narcotráfico y el partido de la estrella. También hubo sus desavenencias, tal como ocurrió en el 2003 entre Alan García y Orlando Sánchez Paredes, quien es sindicado como cabecilla de una red de narotráfico. ¿El origen del problema? Se disputaron una mina.

No vayan a creer que se trata de una curvilínea y platinada argentina si no una valorizada en mil millones. Según IDL - Reporteros una camioneta comprada por AGP era utilizada por Alfredo Sánchez Miranda, uno de los hijos de Orlando Sánchez Paredes para trabajar en una de las empresas de fachada de los Sánchez Paredes: Alta Tecnología e Inversión Minera y Metalúrgica S.A. (ATIMMSA). (3)

Pero no siempre fue así, los Sánchez Paredes y García Pérez eran mucho más que amigos, tanto que se descubrió que la familia había aportado US$ 5000 a la campaña presidencial de AGP del 2006, algo que en su momento fue un escándalo y se resolvió con la devolución del monto por parte de García Pérez.



En mi serie del cable, Pablo Escobar acaba de huir. Sin embargo sabemos que la sonrisa solo le durará unos cuántos capítulos más. Todos sabemos cómo acaba la historia. 

Con esa horrible sensación que deja el último capítulo de la temporada, regreso a la televisión nacional: la policía ecuatoriana acaba de capturar a Gerald Oropeza, sindicado como un capo del narcotráfico peruano. Hace unas semanas, la policía había desbaratado un plan de sus sicarios para asaltar una agencia bancaria en Máncora. Todo encaja.



Gerald Oropeza tendría vínculos con el APRA, entre quienes figura Luis Nava, aprista y secretario general de Palacio de Gobierno durante la presidencia de García Pérez. Nava habría negado conocer a algún Oropeza pero el gran Facebook detectó que él y Pilar López Vargas, la mamá de Gerald, eran amigos y, hurgando un poco más, encontramos que para su campaña electoral Nava utilizó una casa que pertenecía a Miguel Facundo Chinguel (sí, ese mismo). Los arbitrios de esta los pagaba Gerald.

Pero no hay que confundirnos: ni estos son todos los narcotraficantes ligados al APRA ni la narcopolítica es exclusiva de Alfonso Ugarte. Sin embargo, la importancia de este partido, su capacidad organizativa y la presencia de "compañeros" en diversos puestos del Poder Judicial, hacen que los vínculos con los narcotraficantes parezcan más importantes y poderosos que en los demás. 

Ojalá que esta coproducción internacional, que tiene años, llegue a su fin. Sin embargo, la captura del "Tony Montana peruano" (amigos periodistas, qué daño le han hecho a Caracortada), marca el final de una temporada. Ojalá no nos deje con esa sensación de que el malo siempre gana.



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(1) Revista Velaverde, Agosto 13 - 2014
(2) Revista Caretas, Enero 18, 2007 

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