Helefante, Kant, Nietzsche, Heidegger , Sofía y María Fernanda (mi hija)

El post de la "helefante" comenzaba así:

"No me gustan los conciertos de música. La mezcla de bulla, oscuridad y movimiento me aturde. Nunca me han gustado.
No me gusta salir hasta tarde, porque me siento insegura en la calle.
No me gusta tomar con el fin de divertirme y perder el control.
No me gustan los juegos mecanicos.
No me gusta la bulla."

Es pequeña (la Helefante) es normal que sufra de esos arranques de "no soy igual al resto... no pertenezco a este mundo".

A mí me pasaba. Es más, me pasa. De hecho cuando leo a HELE me parece un personaje sacado del Mundo de Sofía de Jostein Gaarder, más aún cuando habla de Kant y todo eso... y es que en ese libro fue la primera vez que leí eso de la ANGUSTIA FILOSÓFICA.

Eso que sienten quienes tienen la posibilidad de ponerse FUERA de todo y ver el mundo y pensar en él como algo ajeno. Lejano. Como los filosofos.

Yo le diría a HELE: "tranquila, lo que sientes es sólo ANGUSTIA FILOSÓFICA al ver que todo es tan relativo, tan lleno de rituales extraños que asumimos como intrínsecos a nuestra naturaleza, al sentir que nos cargamos de sentimientos que no sentimos pero que son necesarios socialmente... ¡al mirar hacia ti misma y SENTIR lo que en millones de palabras los EXISTENCIALISTAS quisieron decir!¡y que a nadie parece preocuparle!"

pero... en fin, HELE, no te voy a decir nada.

Porque hoy mismo pasé por un episodio de A. F.:

Estaba en la Granja Villa y mientras veía a mi hija brincar FELIZ en los saltarines, mi iPOD vomitaba en aislador volumen música de MOENIA.

Ni con eso podía escapar de la bulla de los niños, de ver a las familias "funcionales" y "felices", a los enamorados acaramelados y besucones, a los grupos de adolescentes, a los viejitos "abuelados" y a las mamás gallina, es decir que me soplé el libro de sociología completo en frente mío.

Y yo ahí: el padre de "familia disfuncional" mirando a su hija en medio de la complejidad del mundo (como le dije en el comment a la HELE) en esa soledad en la que nos sumergimos los padres cuando "cuidamos" a nuestros hijos.

Me iba hundiendo preguntándome en lo complicado que es todo. Pero la observé bien: reía, yo escuchaba MOENIA y ella me volvía a mirar, me sonreía y como en cámara lenta leía sus labios que decían "¡PA-PA!"... sonriendo, felices. "¡PA-PAAAAA!" mientras saltaba...

SOY UN PAPÁ.

De pronto me di cuenta. Ya no sólo soy el tipo loco que no tiene nada que ver con el mundo... no soy más solamente el tío de 32 años con una argolla en la oreja y que va a trabajar en jean y polo. Soy SU papá. Soy UN PAPÁ.

Ahora soy PARTE de ESTE MUNDO del que había estado alejado tanto...y que me deprimía tanto...

Y justo, cuando pensaba eso, me regaló una sonrisa. Coincidió en el instante final de la canción que dice:

"Ahora que ya estoy bien con el mundo
lo voy a aprovechar
y cuando sienta que otra vez me hundo
ya se a donde mirar."

Fue genial.

Puse REWIND.

Cinco veces. Ella sonreía. Yo también.

L.

PD. Hija, hija... en tres añitos me has enseñado tanto. ¡TODO LO QUE ME FALTA TODAVÍA POR APRENDER!